lunes, 18 de febrero de 2013

Soya, bendita soya: un frijol convertido en alimentos

Por: Israel Hernández Planas y Dorellis Estiú Cantillo

¿Cuántas veces mordí la jugosa hamburguesa de cualquier establecimiento santiaguero? Qué dicha cuando mi abuela preparaba mi vaso mañanero de yogurt!!  Qué sorpresa cuando supe que estos alimentos y muchos más contenían en sí un porciento de soya,  y que la soya era nada más y nada menos que un frijol!!

Hay algo más que no sabía. Los derivados de soya utilizados en estos y otros tantos productos se obtienen en Santiago de Cuba. Ubicada en la zona industrial la Empresa Procesadora de Soya (PDS) es una de las industrias más sólidas del territorio. Pero el huracán Sandy no creyó en prestigiosas industrias y arremetió con fuerza  contra la procesadora de soya y otras fábricas. 

En PDS el elevador y otras estructuras de hierro quedaron hechas un amasijo pero nunca su colectivo laboral pensó en catalogarlas de inservibles. Con dedicación extrema rescataron el colosal elevador, las bandas transportadoras de granos y los silos, vitales para procesar toda la soya que llegue hasta esta planta, única de su tipo en  Cuba.

Según Aldo Gómez Ahuar, Director General de la empresa, tan sólo tomó un mes para poner la industria en
pleno funcionamiento. "Fueron jornadas de intenso trabajo de recuperación  pero no se descuidó el objeto
principal de la industria que es procesar frijol de soya", explica Gómez Ahuar.

Una vez repotenciadas las herramientas  y repuestas las cubiertas necesarias para los locales, la procesadora de soya retomó su ritmo de producción para obtener cinco derivados importantes para la industria alimentaria.

Inaugurada por el Comandante en jefe Fidel castro en el 2001 esta moderna planta tiene el reto de sustituir importaciones de productos como las harinas para el consumo animal, los texturizados de soya que se utilizan como extensores de las carnes, los aceites, la lecitina para los lácteos y otros ingredientes destinados a la industria confitera, renglones que exceden los 400 dólares la tonelada en el mercado internacional.

Por eso cuando vuelva a morder una hamburguesa, tomar un vaso de yogurt o ver los puercos comiendo su pienso tendré la certeza que la buena nutrición estará presente gracias al empeño de los hombres  y mujeres de la planta de soya en Santiago, ellos que convierten un  frijol en otros tantos alimentos.






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